Informe de actividades de la Dirección General de Vinculación y Reparaciones Colectivas bajo la dirección del Mtro. Michael W. Chamberlin

En diciembre pasado presenté mi renuncia a la CEAV después de casi un año de colaborar como Director General de Vinculación y Reparaciones Colectivas. Como señalé en su momento, la CEAV no está en condiciones de prestar el servicio para la que fue creada y necesita un proceso de reconstrucción y de institucionalización. Quiero, sin embargo, presentar este breve informe de las actividades realizadas en mi tramo de responsabilidad, como un ejercicio de rendición de cuentas.

Santa Cruz por ejemplo

A Rosa, a sus búsquedas y a sus sueños.

Aranda del Duero
Fachada de la Iglesia de Aranda del Duero

Cuando uno viaja por tierras desconocidas sin la guía adecuada, hechos históricos y lugares emblemáticos pueden pasar desapercibidos, máxime si se encuentran bajo tierra o bajo el corazón.

En Castilla León, en la región de la Rivera del Duero, los campesinos españoles cosechan la uva para hacer, lo que algunos consideran, uno de los mejores vinos del mundo. Poblaciones de origen medieval como Aranda del Duero, introdujeron esta tradición poco después de la expulsión mora, a finales del siglo XV. Debajo de las casas de Aranda, a varios metros de profundidad, aún se pueden visitar las bodegas centenarias, construidas por los vinicultores donde, en total oscuridad, reposaba y fermentaba el vino.

Pero no sólo estas sorpresas se encuentran debajo de la tierra de la región del río Duero. De manera reciente, en las inmediaciones de Santa Cruz de La Salceda y Vadocondes, -dos pequeñas poblaciones de Burgos, en las que van quedando sólo las generaciones mayores, pueblos de no más de 150 personas en la actualidad -, se han descubierto fosas clandestinas con los restos de pobladores desaparecidos por el franquismo durante la guerra civil, a finales de los años 30.

Los testimonios señalan que personas ligadas a La Falange franquista durante la guerra civil, allanaban las casas y detenían a quienes eran considerados “comunistas” para luego ejecutarlos en el campo, muchas veces, después de cavar su propia tumba. La mayoría de las veces las víctimas eran señaladas por los propios vecinos pero particularmente por funcionarios municipales y sacerdotes católicos. Hay quien todavía recuerda a los curas portando pistolas alrededor de las sotanas, negando la comunión o señalando desde el púlpito a “los hijos de satanás”. Como es sabido, los familiares o sobrevivientes, en su mayoría, emigraron a otros países, dejando detrás a los caídos y más de una maldición.

El conservadurismo religioso de derecha en esta región, según me explican, es resultado de la persecución, expulsión y eliminación de los opositores de izquierda, de los que quedan pocos y acallados sobrevivientes. La recuperación de los cuerpos hace apenas un par de años, ha recuperado también la memoria dormida, la razón de la enemistad entre familias y el dolor de una herida que a casi setenta años, no sana.

“Santa Cruz, por ejemplo” es el nombre de un video que documenta el rescate de los cuerpos en una fosa encontrada a las afueras de esa población de la rivera del Duero, y recoge testimonios de los familiares, amigos y vecinos del lugar. El título indica lo que en el documental se señala claramente: este es sólo un ejemplo de un sinnúmero de fosas que se encontrarían no sólo en la región del Duero sino en Castilla León, y según otros, a lo largo y ancho del Estado Español.

Hay quienes se ufanan que la transición española no necesitó del duelo, de la memoria, ni de la justicia; que “las Comisiones de la Verdad son para países bananeros”. Yo no estoy muy seguro de ello. Es claro para quien quiera verlo, la transición no ha generado la unidad esperada, hay dolor, hay rencor y persiste la negación del “otro”, y creo que la falta de memoria y justicia históricas son dos poderosos motivos.

Hay intentos de la sociedad civil como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que tratan de impulsar un trabajo de recuperación de la memoria histórica, que incipiente y a contrapelo, aún es posible. Hacemos votos porque la recuperación de esa memoria sea posible antes de que termine por extinguirse la generación de la guerra civil española.

Sólo se le otorgó amparo por portación de armas prohibidas pero también de eso es culpable.

La Suprema Corte de Justicia aclara que no se liberó a ningún confeso , sin embargo, sí se le otorgó el amparo a Lorenzo Pérez Vázquez (y no Ruiz Vázquez) por portación de armas de uso exclusivo del ejército.

Aún sin haber sido excarcelado el amparo no se corresponde con las confesiones de Pérez Vázquez, que no dejan lugar a dudas.  Son declaraciones realizadas mucho tiempo después de los hechos, cuando el CIDE ya había tomado su defensa, por lo que no se puede alegar que fueron arrancadas bajo tortura.

Sobre las armas de uso exclusivo del ejército, la confesión de Lorenzo Pérez Vázquez (no Ruiz Vázquez) dice:

«14 (…) Dos o tres días después, supe que los del grupo formado por los Tseltales habían discutido con el señor Antonio Santiz López y abandonaron el grupo devolviéndole dos cuernos de chivos y una Uzi . A mí me preguntó que si iba seguir con ellos a lo que le respondí que si porque ya estoy adentro. Entonces me dijo que cual de las cuatro armas tipo cuerno de chivo que se encontraban sobre su mesa me gustaba y que tomara una de ellas. Lo mismo le dijo a Roberto Méndez Gutiérrez, por lo que en ese momento tanto Roberto como yo tomamos un cuerno de chivo cada uno, quedando en la mesa el arma conocida como Uzi»

«28. A las ocho de la mañana (del 22 de diciembre de 1997) salimos del domicilio de Antonio Vázquez Secum, portando un cuerno de chivo, en compañía de José Musio Vázquez Luna, Antonio López Hernández, julio López Hernández, Agustín Santiz Gómez y Roberto Méndez Gutiérrez, portando también “cuernos de chivo”, y Agustín Santiz Gómez, con una Uzi».

(Tomado de Reconstrucción de las declaraciones ministeriales de Lorenzo Pérez Vázquez a la fiscalía especial del Caso Acteal del gobierno de Chiapas, hecha por el abogado defensor Javier Cruz Angulo).

Este amparo, al igual que todos los demás, también debió haber sido para efectos. Nada abona la SCJN si no promueve la reapertura de las investigaciones. Viene lo que sigue, el recurso de presunción de inocencia interpusto por el ya denostado CIDE.

Boletín 171 PRECISIONES CASO ACTEAL

Libera la SCJN a uno de los paramilitares confesos por la masacre de Acteal

Las deficiencias en la investigación de los hechos de Acteal por parte de las procuradurías, federal y estatal, la perdida de evidencia, la modificación de la escena del crimen, la invención de pruebas y las faltas al debido proceso, son la coartada perfecta para que hoy la Suprema Corte de Justicia deje libres a los paramilitares responsables materiales de la masacre del 22 de diciembre de 1997.

La verdad de los hechos y la justicia no son el tema en la decisión recientemente tomada por la SCJN, de otra manera la decisión sabia habría sido reponer el procedimiento (amparo para efectos). Lo que es claro, es que a pesar de la liberación no dejan de ser culpables. Los testimonios se han soslayado al grado que entre los liberados se encuentra uno de los cinco confesos por la masacre, cuya imagen está registrada en el «Libro Blanco de Acteal», de la Procuraduría General de la República: Lorenzo Pérez Vázquez.

Uno de estos es Lorenzo Pérez Vázquez
Lorenzo Pérez Vázquez en el Libro Blanco de Acteal (PGR,1998)

Fotos de los paramilitares de Acteal del Libro Blanco de la PGR
Fotos de los paramilitares de Acteal del Libro Blanco de la PGR

Aguilar Camín, en su tercera parte de ”Regreso a Acteal, el día señalado”, relata: Hay hasta ahora cinco presos confesos de haber atacado a Acteal: 1) Roberto Méndez Gutiérrez, un indígena del barrio del Guayabal de Los Chorros que en 1997 tenía veintitrés años y era el jefe natural del grupo; 2) Lorenzo Pérez Vázquez, también de Los Chorros, un muchacho huérfano, entonces de diecisiete años, adherido con celo de hermano menor al mando y la cercanía de Roberto; 3) Alfredo Hernández Ruiz, de La Esperanza, que había tenido su baño de sangre en la refriega de Majomut de fines de septiembre de 1997, durante la primera batalla de la cuadrilla armada de Los Chorros con los combatientes zapatistas, la batalla que extendió la fama de los pojwanejetic (defensores) de Los Chorros por las aldeas y parajes de Chenalhó; 4) Felipe Luna Pérez, quien había participado en el ataque no por ser miembro del grupo armado de Los Chorros, sino por ser cuñado del muerto, Agustín Vázquez Secum, y porque en su calidad de vecino de Acteal Alto conocía el terreno por donde habría de ser la correría, y 5) Mariano Luna Ruiz Segundo, vecino también de Acteal Alto, quien se había sumado al ataque por vengar la muerte de Agustín Vázquez Secum, también su cuñado.

En su narración, Aguilar Camín reproduce algunas de las declaraciones de aquellos 5 confesos. De Lorenzo Pérez Vázquez se remite a sus declaraciones en las reconstrucciones ministeriales ocurridas en 2007. En Nexos, Camín transcribe:

“Nos dimos cuenta”, dice Lorenzo Pérez, “de que la iglesia donde se reunían estaba rodeada de varias trincheras. Por eso atacamos alrededor de la iglesia. Nunca entramos en la iglesia, estábamos enfrentándonos fuera de la iglesia”.

“Frente a la iglesia, nos reunimos todos”, dice Lorenzo Pérez. Lorenzo Pérez insiste en el enfrentamiento y calla los muertos que reconoce Roberto Méndez: Fue un enfrentamiento con los zapatistas. Nunca fuimos como se dice, a masacrar gente, niños y mujeres. Con quien nos enfrentamos fue con zapatistas encapuchados.

A las dos y media de la tarde regresaron a Quextic, dicen los atacantes, dejando esas armas y esos cuerpos tirados en el campamento Los Naranjos. “Escuchamos que llegaron los de Seguridad Pública”, explica Lorenzo Pérez, “y tuvimos miedo de que nos quitaran nuestras armas, ya que nos disparaban”.

¿Hasta qué punto la justicia puede abstraerse de la verdad? Ante lo ocurrido , más que nunca hace falta una Comisión imparcial y con credibilidad, de esclarecimiento histórico, la reposición de procedimientos y la apertura de nuevas líneas de investigación, que lleven, ahora sí, a la verdad, a la justicia y a la reparación.

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Resolución de la Primera Sala de la SCJN sobre los Amparos Directos a los paramilitares (en la primera hoja la Justicia de la Nación ampara y protege a Lorenzo Pérez Vázquez).

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