Michael W. Chamberlin
Publicado en la columna Poder y Derechos Humanos. RompeVientoTV el 23 de marzo de 2021
Cosme Humberto Alarcón Balderas tenía 16 años el 5 de mayo de 2011, el día que desapareció. Trabajaba de empacador en la tienda City Club de Torreón Coahuila ubicado en Bulevar Revolución y Saltillo 400, en un horario de tres de la tarde a diez de la noche, a cambio de propinas. Salió ese día de su casa antes de las tres de la tarde y quedó de verse por la noche con Marcela Balderas, su mamá, en Soriana Oriente ubicada también en Bulevar Revolución y Calzada División del Norte de la misma ciudad, para hacer algunas compras, pero no llegó. Casi diez años después, sigue sin aparecer.
Marcela lo buscó toda la noche, hizo el recorrido habitual de su hijo al trabajo y de regreso, y preguntó a sus amigos y compañeros de trabajo, su celular le mandaba a buzón. Al siguiente día estuve haciendo llamadas a las diversas policías y solo me dijeron que tenía que checar en el Hospital Universitario, en el servicio Médico Forense y me informaron que había un muchacho con tatuajes y me lo mostraron, pero no era. La tarde del día 6 de mayo interpuso la denuncia ante la Fiscalía General del Estado.
Dos días después, el 7 de mayo, el periódico El Siglo de Torreón publicó una nota referente a un cuerpo que había sido encontrado cerca del puente plateado, que tenía las características de Cosme. La nota decía:
En el bulevar Río Nazas, aproximadamente a 100 metros del puente plateado colindante con la colonia El Arenal de Torreón, fue encontrado un cadáver que tenía a simple vista dos impactos de arma de fuego.
EL HALLAZGO
De acuerdo con la información emitida por la Fiscalía General del Estado (FGE), el agente del Ministerio Público se constituyó en el lugar alrededor de las 9:00 de la noche de antier para tomar conocimiento del hallazgo.
El occiso era de aproximadamente 25 años, 1.70 metros de estatura, complexión regular, tez moreno (sic), cabello corto negro, frente chica, cejas pobladas, ojos cafés, nariz chica chata, boca grande, labios gruesos, vestía playera de manga larga en color blanco, pantalón de mezclilla color negro, tenis negros.
EN EL ANFITEATRO
El cadáver fue trasladado al anfiteatro del Servicio Médico Forense donde permanecerá hasta que sea identificado de manera oficial por sus familiares.
Marcela al leer la nota volvió a preguntar en el Servicio Forense. Salvo la edad y que ella recordaba que Cosme había salido con sus tenis blancos, el resto de la descripción coincidía con la de su hijo, pero insistieron que no, que el cuerpo era de un chico de 25 años y que tenía tenis negros, no le permitieron verlo.
Marcela insistía ante la falta de avances, que buscaran el expediente de aquel cuerpo cada vez que tenía cita con su ministerio público, pero fue hasta noviembre el 2016, más de cinco años después que, un recién asignado agente del ministerio público le notifica a Marcela que ha encontrado el expediente relacionado con el cuerpo reportado en la prensa el 7 de mayo del 2011. Según señala este agente, solicitaron copias del expediente y se lograron obtener las huellas dactilares y dos fotografías de la persona fallecida. No obstante, ese agente del ministerio público no volvió a dar cuenta de la solicitud de expediente y fue hasta noviembre de 2017, que se supo que ese expediente se había perdido hacía un año. Por la presión de familiares de personas desaparecidas, en julio de 2018 apareció el expediente y Marcela pudo finalmente ver las fotos y reconocer a Cosme, pero el cuerpo está perdido.
La Fiscalía General de Justicia del Estado lleva a cabo en las últimas dos semanas una macro exhumación en el panteón II de Torreón con la esperanza de encontrar a Cosme y tratar de identificar al menos otros 150 cuerpos que se encuentran en las mismas condiciones de desconocidos. Hasta este fin de semana habían rescatado 121 de ellos.
En Coahuila hay un recuento en expedientes de 800 cuerpos sin identificar en fosas comunes y 100 mil fragmentos óseos recuperados en campos de exterminio o fosas clandestinas y un listado de más de 2 mil personas desaparecidas en el estado. Desde 2017 existe un Plan Estatal de Exhumación e Identificación Forense, pero en cuatro años sólo se han exhumado 97 cuerpos y se han identificado 13. Suponiendo que no haya nuevos casos, a este ritmo se necesitarán 61 años para identificar los cuerpos y 7,692 años para identificar todos los fragmentos óseos recolectados. ¿Cuántos de estos cuerpos pudieron ser identificados y entregados a sus familiares con oportunidad? #TodosSonCosme.
Cosme como muchas otras personas desaparecidas sufren lo que se conoce como una desaparición administrativa, cuando por la mala actuación de los servicios periciales o el manejo descuidado de expedientes por parte de la autoridad, producen una pérdida de la cadena de custodia de las personas (vivas o muertas), de manera deliberada o no, haciéndolas víctimas de desaparición y cuando hay homicidio, de un doble crimen.
Este panorama no es exclusivo de Coahuila, quizá el ejemplo más emblemático es el de las fosas en Tetelcingo y Jojutla de la Fiscalía de Morelos, en las que se encontraron cuerpos que podían fácilmente ser identificados, aunque muchos más bien parecían querer ser ocultados: algunos con su credencial de elector, otros con el número telefónico de su negocio impreso en la camiseta que portaban, otros con señales de tortura, cuerpos de niños, condiciones de inhumación que abrieron nuevas interrogantes sobre la desaparición y el papel de las autoridades, que aún esperan respuesta.
Vale mucho la pena mirar el largometraje documental Volverte a Ver y revisar la base de datos y los dibujos realizados por las mamás del colectivo Regresando a Casa, describiendo las características de los cuerpos que fueron exhumando en su momento de las fosas de Tetelcingo entre 2016 y 2017. A pesar de que los servicios periciales de la hoy Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía de Morelos han sido incapaces de identificar a casi ninguno de los cuerpos exhumados, los datos recabados por el colectivo dan la oportunidad de poder identificar a algunos de ellos y señalan posibles líneas de investigación hacia los responsables.
No se sabe si Cosme se encuentre entre los cuerpos de la fosa común del Panteón II de Torreón. Esta es la tercera exhumación que se hace en su búsqueda, sin resultados. El Fiscal Especial de Personas Desaparecidas ha dicho a Marcela que tal vez el cuerpo de su hijo haya sido donado a la Universidad al no haber sido identificado en su momento, pero como en todas sus hipótesis hasta ahora, incluyendo que se encuentre en el Panteón II de Torreón, no tiene evidencia de ello. Tampoco sabemos aún si los cuerpos exhumados presentarán características como los de Tetelcingo y Jojutla, sólo esperamos que en esta ocasión, con el apoyo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, que hará un cotejo de ADN con familiares de personas desaparecidas, se pueda pronto conocer la identidad de los cuerpos exhumados.
Marcela ha sufrido por casi 10 años, primero por no conocer el paradero de su hijo, después por saber que lo asesinaron pero no quién o por qué, ahora por no encontrar su cuerpo. Aquí una entrevista con Marcela. Todo este sufrimiento ha sido causado torpemente por la Fiscalía de Coahuila en una suerte de normalización del desprecio por la vida, una forma de banalidad del mal. Hasta la fecha prácticamente siguen los mismos funcionarios y nadie ha sido sancionado por estos hechos. Marcela y su familia merecen ser reparados por la pérdida patrimonial, la pérdida de oportunidades de ella y sus hijos y las afectaciones en su salud, pues se sabe bien que los familiares de una persona desaparecida entran en una espiral vertiginosa de empobrecimiento en su localización y en la búsqueda de justicia; por el dolor causado por la ineptitud de las autoridades, además de las medidas de reparación por el asesinato de Cosme.
Ni la Fiscalía, ni el estado de Coahuila en su conjunto, podrían pagar todo el daño causado a tantas víctimas debido a su negligencia (no obstante debería ser demandada masivamente), pero debería empezar por establecer medidas de no repetición como lo ha señalado el colectivo de familiares Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC):
– Se haga una investigación exhaustiva para llegar a la Verdad y se garantice el acceso a la Justicia por la desaparición de Cosme Humberto Alarcón Balderas, así como reparación el daño y acciones contundentes de no repetición ante la tortura que ha sido sometida todos estos años la familia.
– Se revisen los expedientes de cuerpos sin identificar en fosas comunes, así como las de recuperación de restos en fosas clandestinas y se inicien procesos administrativos y/o penales contra los funcionarios que por acción u omisión han violados los derechos humanos de miles de personas.
– Se garantice presupuesto suficiente para el funcionamiento del Centro Regional de Identificación Humana y el regreso digno a casa de aproximadamente 800 cuerpos sin identificar en fosas comunes y de los más de cien mil fragmentos recuperados en lugares de exterminio.
– Se contrate un mayor número de peritos para el Centro Regional de Identificación Humana (CRIH) con perfiles que respondan a los estándares internacionales.
– Se actualicen los convenios de colaboración tanto con el Equipo de Antropología Argentino Forense (EAAF) para cruce de información con el Banco Frontera como con la Cruz Roja Internacional (CICR) para la asesoría y capacitación en el tema forense.
Exigimos, además:
– La renuncia del Fiscal de Personas Desaparecidas de Coahuila Lic. José Ángel Herrera Cepeda y que se le investigue por responsabilidad administrativa y/o penal por actos de acción, omisión y aquiescencia por las desapariciones de Cosme y de las más de dos mil personas desaparecidas en nuestro estado.