El miércoles 10 de abril pasado, aniversario de la matanza de San Cosme de 1971, los jóvenes graffiteros de San Cristóbal de Las Casas marcharon por las calles de la ciudad demandando un alto a la persecución que se ha desatado de nueva cuenta, a raíz del acuerdo del cabildo municipal del 30 de marzo, que ha exacerbado los ánimos en contra de los jóvenes y que cobró ya la vida de uno de ellos, Victor Penagos “El Burla”.
La marcha fue inédita no sólo por quien convocó, sino porque a pesar de ser una marcha de graffiteros, no hicieron graffiti. “Compañeros, ya se ha denigrado al graffiti, no les demos motivos para denigrarlo más”; “respetemos al pueblo, la lucha es en contra de las autoridades”.
Entre 200 y 300 personas se vieron convocadas por la causa, no sólo jóvenes, no sólo escritores de graffiti, sino ciudadanía en general, consciente de que si bien existe una controversia de intereses entre los dueños de las fachadas y quienes escriben graffiti, esto no debe ser pretexto para la persecución, la discriminación, las detenciones arbitrarias y mucho menos el asesinato, como forma de dirimirlo.
El acuerdo pendiente de aprobación por el Congreso de Chiapas, no sólo ha tenido como resultado la multa a quienes se les encuentra graffiteando y la gratificación económica a quienes los denuncien o detengan, en los hechos ha significado la estigmatización de los jóvenes quienes reiteradamente han sido detenidos por la forma en que visten o por su apariencia física, y en no pocos casos el maltrato. Existen testimonios de como los policías municipales han arrancado aretes, amenazado e incluso desvestido y pintado con los mismos aerosoles a los jóvenes, denigrándolos con total impunidad. Este tipo de eventos han hecho que la demanda de los jóvenes no sea que los dejen pintar o como en otros casos, se exijan espacios de esparcimiento que bien hacen falta en una ciudad que se piensa para el turismo y para quienes viven de él pero no para la diversidad de la ciudadanía, la demanda fue muy clara “basta de represión”, “no somos delincuentes”.
No faltó como en los tiempos más oscuros de la guerra en Chiapas, coincidentemente con el primer gobierno del actual presidente municipal hacia 1998, un anónimo que circuló por la ciudad en la que amenazaban a los jóvenes con agarrarlos uno por uno. Los jóvenes responsabilizaron a Mariano Díaz Ochoa, presidente municipal, de cualquier cosa que les pase en los días posteriores a la marcha.
Al final de la marcha, incontenibles, tapizaron de graffitis dos mamparas blancas, blanquísimas, puestas por el ayuntamiento en la plaza de la ciudad “Una pared blanca es una mente en blanco”, para finalizar con piezas de hip hop en una fiesta improvisada.
“No somos delincuentes, somos diferentes”. Esta es quizá la expresión que más se acerca al problema. Los escritores de graffiti en San Cristóbal son claramente jóvenes y la marcha lo dejó más claro que nunca. Los jóvenes constituyen otra forma de diversidad, quizá la más invisibilizada. El joven es por naturaleza, inquieto e inconforme, cruza por un etapa de la vida en la que busca construir una identidad y juega con los límites, trasgrede pero no con el afán de agredir, sino en búsqueda de un sentido. Pero la parecer a los adultos se nos olvida, seguimos pensando que la forma de formar es con agresión y represión. ¿De qué otra forma un joven puede construir un proyecto de vida, si no es a partir del disfrute de sus derechos?, ¿No es acaso el graffiti, en cualquiera de sus manifestaciones, un síntoma, un termómetro del grado de cumplimiento de los derechos de los jóvenes?, ¿No se les ocurre a los servidores públicos otra forma de relacionarse con la diversidad más que reprimiéndola?, ¿No se les ocurre a los políticos otra forma de resolver problemas sociales que no sea por la vía penal?

La protesta ya ha tenido su efecto, los regidores opositores en San Cristóbal ahora proponen dialogar con los jóvenes, crear el Consejo Municipal Juvenil, etc. Todo esto está muy bien pero como ha sido reclamado a raíz del Foro Graffiti, Juventudes y la Resignificación de los Espacios Públicos, cualquier propuesta debe estar antecedida por la derogación del acuerdo municipal del 30 de marzo y por garantías que pongan fin a la persecución, hostigamiento, amenazas, tratos denigrantes y detenciones arbitrarias en contra de los jóvenes por parte de la policía municipal. Sin ellas se volverá un diálogo condicionado por la amenaza y las medidas servirán sólo para obligarlos a aceptar las reglas que imponga el ayuntamiento.
Video de la marcha por el Colectivo La Juncia
Casas rurales Moratalla…
Gracias por la informacion…
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no dice la fecha de la marcha
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Gracias por la observación. La marcha fue en 2009, poco antes de escribir el artículo
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