Retos y pendientes de la CNDH, 29 años después.

El ejercicio de la política y el de la defensa de derechos humanos tienen su punto de encuentro en el concepto de la dignificación de la persona, cuyo mejor termómetro es la víctima y el desvalido. Es desde esta perspectiva que Luigi Ferrajoli señala que los derechos humanos son “la ley del más débil”, y es ese el sentido profundo que yo entiendo en la frase del presidente López Obrador: “por el bien de todos, primero los pobres”. Si esto es así, no existen mejores indicadores de una política ética que los derechos humanos, ni mejor aliado, bajo condiciones propicias, que los organismos de derechos humanos.

¿Cómo llegamos a esto? Tres condiciones para acabar a fondo con la violencia.

No hay trabajo más bonito que el de la policía, suelo comenzar diciendo en los talleres que he impartido a las corporaciones policiacas. Proteger la vida y la integridad, las posesiones y la paz social, particularmente cuando se trata de los más vulnerables, es un trabajo que debe llenar de satisfacción. De allí partimos para luego dialogar sobre los obstáculos que impiden cumplir con ese deber. Fruto de este diálogo con policías y de la experiencia documentando crímenes atroces (desapariciones, masacres, tortura, entre otros) puedo decir que tengo diagnosticados tres obstáculos principales que inciden en los niveles dantescos de violencia que se viven en México.

Denuncias de asesinatos, desapariciones y tortura en Coahuila de Zaragoza, México. 165 Periodo de Audiencias CIDH. Montevideo Uruguay. Octubre 24, 2017.

No venimos a señalar a nadie, hablamos de serios indicios que no se han investigado, tampoco venimos a discutir si ha habido o no voluntad política, sino de respuestas insuficientes e inadecuadas a la gravedad del problema. Múltiples organizaciones mexicanas e internacionales hemos señalado que México necesita del apoyo de la comunidad internacional para crear un Mecanismo Extraordinario Internacional con el mandato de a) investigar y procesar graves casos de violaciones a derechos humanos y de macro corrupción, b) ayudarnos a desmantelar las estructuras criminales que corroen, la seguridad, la paz y el estado de derecho, y c) ayudarnos a fortalecer nuestras propias instituciones de justicia y persecución del delito.