¿Votar? ¿Anular? Cualquier opción es insuficiente.

Ha generado mucha expectación el movimiento por la anulación del voto en las próximas elecciones del 5 de julio. Las modalidades propuestas aunque diversas son tienen fundamentalmente el mismo fin, demostrar el hartazgo de la sociedad mexicana del sistema de partidos. Sin duda los partidos políticos quienes sustentan el monopolio electoral en México y que carecen de sujeción a la rendición de cuentas, se ha alejado de los intereses de los ciudadanos para responder a intereses de grupos, lo que Jorge Camil denomina partidocracia.

Los partidos políticos carecen de obligatoriedad para elegir a sus candidatos a través de la participación ciudadana, ni siquiera de las bases de sus propia membrecía. En un informe del Comité Conciudadano para la Observación Electoral señala, entre otras cosas, que “(n)inguno de los ocho partidos nacionales siguió mecanismos democráticos y constitucionales para llevar a cabo el proceso para la selección de candidatos y candidatas. Las y los postulados fueron elegidos por las cúpulas de los partidos”. Resulta que a la falta de satisfacción de derechos en todos los órdenes, pobreza, marginación, violencia e impunidad, se le suma la imposibilidad de revertir la situación por la vía de la participación política a través de las elecciones.

Los ciudadanos y ciudadanas nos encontramos en un callejón sin salida y no es claro cómo revertir el deterioro institucional hacia una real transición a la democracia. En este contexto votar entre candidatos que responden a intereses de grupo, al parecer no tiene mucha relevancia pero anular el voto, además de demostrar la inconformidad, parece que tampoco. Creo que en ninguno de los casos se debe considerar un fin en si mismo. La situación nos exige acciones ciudadanas eficaces que verdaderamente obliguen a los partidos una reforma electoral que abarque y garantice el ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos y sujeten a los poderes a la rendición de cuentas: referéndum, plebiscito, iniciativa popular, candidaturas independientes, revocación de mandato, y que del mismo modo sujeten a los partidos al interés público, por ejemplo, obligándolos a postular candidatos propuestos por los propios ciudadanos.

Si nos quedamos en el 5 de julio entonces votar o anular será otra forma de abstenerse. Ya veremos qué resulta de la participación en las elecciones pero los “anulistas” y todos quienes estamos preocupados por que este país verdaderamente sea democrático, debemos estar pensando en lo que tocará hacer desde el día siguiente, hacia un movimiento ciudadano de transición a la democracia.

Algunos grupos y colectivos promotores de la anulación

Vota en Blanco

Tache a Todos

Vota por Papanatas

Anula tu Voto

Vota por Esperanza Marchita

Basta 10

2 comentarios en “¿Votar? ¿Anular? Cualquier opción es insuficiente.

  1. De acuerdo, qué desencanto, recordábamos lo festivo que era preparar las observaciones ciudadanas, la movilización grande a lo largo y ancho del país para cubrir casillas, poco nos duró el gusto, nuestra democracia es más incipiente de lo que quieren esconder partidos con sus intereses, el IFE y sus consejeros con los suyos, los gobernantes con sus simulaciones.

    ¿Después qué? la crítica razonada y razonable, sí; la proteta legítima sí; pero sobretodo la creativiadad y la utopía clara y a flor de corazón, mente, espíritu. boca y manos

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  2. Suscribo (casi) totalmente el análisis, y, quitandole «el casi» te diré q estamos en la linea. Sostengo q es menester no presentarse a votar (el golpe mayoritario sería contundente) pues en el caso de presentarse y anular no resulta tan efectivo, pues con ese solo hecho (de presentarse ) estás dandole un aval al sistema para q te registren como un número más (tantos votos se contabilizaron….) de otra forma resultaría muy preocupante para el stabhlisment. En resumén; la opción partidaria actualmente no resuelve nada, al contrario la perpetúa.

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